Veinte personas resultaron heridas en Lima, Perú, por la explosión de dos morrales dejados dentro de una clínica.
Los explosivos fueron dejados en la puerta del laboratorio y en el estacionamiento, en las instalaciones de la clínica Ricardo Palma, de San Isidro, Lima.
En un comienzo se pensó en un accidente, pero la confirmación del origen de las explosiones hizo que ahora se investigue como hecho con fines extorsivos.
La Unidad de Secuestros de la Policía Nacional del Perú trabaja la hipótesis de una extorsión y amedrentamiento. Además, desde la clínica movilizaron a los pacientes para su protección.
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