A pesar que el primer ministro de Irak, Adel Abdel Mahdi, anunció que iba entregar ante el Parlamento su carta de renuncia, esto no fue suficiente para los iraquíes, quienes este sábado protestaron en las calles en contra de su gobierno en la ciudad de Bagdad y otras zonas al sur de este país con el fin que vayan “todos los corruptos”.
Desde dos meses, más de 400 personas han muerto en estas violentas protestas, según fuentes policiales. Sin embargo, parte de su motivo de lucha es la redacción de una nueva Constitución y un cambio en la política.