Gavin fue su nombre hasta los 34 años, pero decidió someterse a una reasignación de género. Ahora, con 43 años y bajo su nueva identidad, Laurel Hubbard está en el centro de la polémica al convertirse en la primera transexual en disputar unos Juegos Olímpicos.
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Tras ganar en 2017 el título mundial de halterofilia de más de 90 kilos, Hubbard pasará a la historia el próximo lunes 2 de agosto en la categoría mayor a 87 kilogramos en levantamiento de pesas del certamen ecuménico de Tokio 2020.
Este hecho pudo ser posible luego que el Comité Olímpico Internacional (COI), cambiara sus reglas en 2015 para permitir a los atletas transgéneros competir en la categoría femenina siempre y cuando sus niveles de testosterona (hormona encargada del aumento en la masa muscular), cumpliesen con los parámetros establecidos.
La decisión ha causado controversia, pues algunos afirman que Hubbard pudiese partir con cierta ventaja con respecto a otras competidoras, aunque otro sector respalda y aboga por una política de mayor inclusión en el deporte.
DETRACTORES
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el pasado sábado desde un acto del Partido Republicano en Phoenix, Arizona, que era injusto la participación de “hombres” en deportes femeninos.
“¿Viste al levantador de pesas?”, preguntó Trump. “Odio decirles esto, mujeres, pero rompió su historial de larga data”, expresó.
“Si yo fuera un entrenador, les diré que no estaría hablando con demasiadas mujeres como conocemos a las mujeres”, insistió.
Anna Vanbellinghen, rival de Hubbard en los pesos pesados (más de 87 kg), catalogó como “injusto” este hecho.
“Lo primero, me gustaría insistir en que apoyo totalmente a la comunidad transgénero y que lo que voy a decir no es en ningún caso algo que rechace la identidad de esta atleta, pero para los atletas todo esto es un chiste malo”, indicó.
Saves Women’s Sport Australasia, un grupo de mujeres deportistas, protestó contra la posibilidad que Laurel pueda optar a una medalla olímpica.
“Es una política errónea del COI la que ha permitido la selección de un hombre biológico de 43 años que se identifica como mujer para competir en la categoría femenina”, apuntaron en una declaración conjunta firmada por varias atletas.
Deportistas referentes de la comunidad LGTBIQ+ como Caitlyn Jenner o Martina Navratilova también se han mostrado renuentes a que alguien nacido hombre pueda competir con mujeres.
PARTIDARIOS
El director ejecutivo del Comité Olímpico de Nueva Zelanda, Kereyn Smith, dijo el mes pasado que está claro que Hubbard ha cumplido con todos los criterios para competir en Tokio.
“Reconocemos que la identidad de género en el deporte es un tema muy delicado y complejo que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la equidad en el campo de juego”, dijo Smith. “Como equipo de Nueva Zelanda, tenemos una fuerte cultura de manaaki (hospitalidad) e inclusión y respeto por todos”, reconoció.
La levantadora de pesas del equipo de Gran Bretaña, Emily Campbell, apoyó y dio la bienvenida a Hubbard en la competición. La joven atleta de 27 años ve como “positiva” la atención adicional que se le dará al levantamiento de pesas este año con la competencia de la neozelandesa.
“Hemos luchado durante tanto tiempo para que la gente disfrute del levantamiento de pesas, y ahora vas a tener algo de luz sobre el deporte”, dijo Campbell a The Mirror.
Laurel Hubbar completó su cambio de sexo a los 35 años tras un tratamiento hormonal. Antes de declararse transgénero en 2013, compitió en eventos masculinos. La atleta no concede entrevistas para evitar el aluvión mediático.
