En China, el Banco Central dio sus primeros pasos para aminorar el impacto de la pandemia por la covid-19, y así evitar un desplome en los mercados.
Además de darle paso al financiamiento, la autoridad monetaria recortó la tasa de interés. El Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés) ha prestado al sistema financiero 900.000 millones de yuanes (150.000 millones de euros) en préstamos a 7 y 14 días, si bien la mayor parte de este dinero sirve para compensar préstamos que vencen. La nueva liquidez es de 150.000 millones de yuanes, unos 20.000 millones de euros.
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Según comunicado de la autoridad financiera, se estima una amplia liquidez durante el periodo especial de control del virus. Esta medida de apoyo es un intento de suavizar el efecto en el mercado y ayudar a las empresas afectadas por el brote de la enfermedad y la prórroga de las vacaciones prolongadas.
Se prevé que el Banco Central y los reguladores sigan sus medidas de soporte. Por otra parte, la autoridad del mercado de valores, la China Securities Regulatory Commission ha prohibido las operaciones con bajos dígitos.
También ha pedido a los gestores de fondos de inversión que no vendan acciones a no ser que sea para hacer frente a reembolsos, según información publicada por Reuters.
La banca aseguró que emplea varios instrumentos de política monetaria para asegurar la liquidez en el sistema, y añadió que el impacto económico de una rápida expansión del coronavirus en el país debería ser temporal.
Ajustarán los tipos de interés para apoyar a las empresas afectadas por el brote del virus y añadió que el impacto de la epidemia en la economía en general debería ser temporal.
También pidió al sector bancario que ofrezca un crédito para las empresas que cotizan en bolsa y que podrían tener necesidades de financiación a raíz de los trastornos causados por el virus.
Los esfuerzos para contener el virus han causado problemas y amenazan con golpear el crecimiento en China y a nivel mundial. La expansión del virus ha provocado la parálisis de una parte significativa del tejido industrial chino, la suspensión de vuelos con el país e incluso el cierre de parte de sus fronteras.
Las miradas se vuelven hacia el gigante asiático, motor básico del crecimiento económico mundial.
