El dictador Raúl Castro gobernará Cuba hasta el próximo 19 de abril del 2018, casi dos meses más tarde de la fecha inicialmente prevista para el histórico relevo, luego de que las elecciones generales y la designación de un nuevo gobierno por parte del Parlamento resultante en la isla se retrasara, presuntamente, por los estragos que causó el pasado mes de septiembre el huracán Irma.
“Cuando la Asamblea Nacional se constituya habré concluido mi segundo y último mandato al frente del Estado y del Gobierno, y Cuba tendrá un nuevo presidente”, dijo Castro, de 86 años, durante su intervención ante el pleno del Parlamento, según informaron los medios estatales.
Será entonces la primera vez en seis décadas que el presidente de la isla no se apellide Castro, aunque ahora habrá que esperar dos meses más, toda vez que el relevo del primer mandatario estuviera fechado para el 24 de febrero del 2018.
El motivo que aduce la cúpula cubana para retrasar su salida son los más de 13 mil millones de dólares en pérdidas que produjo Irma, pero los expertos aseguran que la delicada situación económica que atraviesa la isla también obedece a la crisis en Venezuela, pues debido a ello el gobierno de Nicolás Maduro redujo los envíos de petróleo subsidiado a Cuba; y también al enfriamiento de las relaciones con los Estados Unidos, tras la llegada al poder de Donald Trump.
Castro detalló que la nueva fecha elegida para que jure a la Asamblea Nacional que designará al nuevo presidente cubano, coincide con “la primera derrota al imperialismo en América”, en referencia al aniversario de la fallida invasión estadounidense de Bahía de Cochinos, en 1961.
Se espera que el sucesor de Castro sea el ingeniero informático de 57 años, Miguel Díaz-Canel, actual vicepresidente de Cuba que ha ido ganando visibilidad en el país durante el último año.
