El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, anunció que expulsará a 21 jóvenes saudíes que participaban en un programa de entretenimiento y serán enviados de vuelta a su país, tras una investigación en torno al tiroteo perpetrado por un alumno saudí en una base naval en Florida el mes pasado.
Barr dijo que muchos de los cadetes habrían accedido a pornografía infantil y tenían propaganda yihadista. Ninguno de los jóvenes saudíes está acusado de tener conocimiento del ataque armado con anticipación, el cual, según el fiscal fue motivado por “una ideología yihadista” y ha sido clasificado como un acto de terrorismo.
Además, declaró que “si bien no hay evidencia de asistencia o conocimiento previo del ataque por parte de otros miembros del ejército Saudita o de cualquier otro ciudadano extranjero que se estaba entrenando en Estados Unidos, sí nos enteramos del material despectivo que poseen 21 miembros del ejército saudí que están entrenando en Estados Unidos”.