Los recientes ataques a dos bases estadounidenses en Medio Oriente por parte de Irán y las recientes declaraciones del presidente Donald Trump han puesto en alerta a varios países islámicos, entre ellos Armenia, quien apostó por una solución negociada y diplomática para mitigar la tensión entre el despacho de este último y de su homólogo, Hasán Rohaní.
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“Nuestra esperanza y llamamiento hacia nuestros países amigos Irán y Estados Unidos es que emprendan unas negociaciones urgentes para no permitir la futura degradación de la situación”, dijo el Primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, durante una reunión con miembros de su tren ministerial.
Pese a esto, Pashinyan aseveró que en ningún momento su país busca involucrarse en el conflicto, que dejó hasta ahora 30 soldados estadounidenses heridos, lo que devino en el despliegue de seis aviones de combate F-35 desde la base aérea de Al-Dhafra, ubicada en Dubái.
“No nos vamos a involucrar en acciones antiiraníes ni tampoco antiestadounidenses”, expresó.
