Después que Bielorrusia obligara este domingo 23 de mayo a un vuelo de Rynair a desviarse y aterrizar en su territorio (el mismo partió de Grecia con destino a Lituania), diferentes naciones han reaccionado.
Bielorrusia desvió el vuelo para dar con el arresto del periodista y activista Roman Protasevich, que se encontraba en el vuelo.
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A raíz de lo sucedido, líderes de Estados Unidos y Europa han expresado su indignación.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la operación bielorrusa que desvió el vuelo en ruta de Atenas a Vilnius como un “secuestro”.
“El comportamiento escandaloso e ilegal del régimen en Bielorrusia tendrá consecuencias”, tuiteó, exigiendo la liberación inmediata de Protasevich.
El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki dijo que el incidente fue “un acto de terrorismo de estado sin precedentes” que no puede quedar impune.
Los líderes de la UE discutirán el caso en una cumbre el lunes, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en un comunicado , y agregó: “El incidente no quedará sin consecuencias”. Su portavoz dijo que “posibles sanciones” estarían sobre la mesa.
Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU, dijo en un comunicado:
“Estados Unidos condena enérgicamente el desvío forzado de un vuelo entre dos estados miembros de la UE y la posterior destitución y arresto del periodista Raman Pratasevich en Minsk. Exigimos su liberación inmediata”.
“Este acto impactante”, agrega Blinken, “perpetrado por el régimen puso en peligro la vida de más de 120 pasajeros, incluidos ciudadanos estadounidenses. Los informes iniciales que sugieren la participación de los servicios de seguridad bielorrusos y el uso de aviones militares bielorrusos para escoltar el avión son profundamente preocupantes y requieren una investigación completa “, finalizó.
