El gobierno de Italia mantuvo la decisión de no celebrar eventos religiosos, tras la flexibilización del confinamiento el próximo 4 de mayo. No obstante, la iglesia católica catalogó esta medida como un intento de “violar la libertad de culto”.
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“Los obispos italianos no pueden aceptar ver comprometido el ejercicio de la libertad de culto”, expresó la institución a través de un comunicado de prensa.
Asimismo, el jefe de Gobierno de ese país, Giuseppe Conte, presentó la agenda de la llamada “Fase 2”, que permite levantar las restricciones de las actividades industriales y comerciales, luego de dos meses de confinamiento.
En el decreto de la presidencia del Consejo de Ministros para la Fase 2 se determinó “excluir arbitrariamente la posibilidad de celebrar misa con el pueblo”. Pues, estas fueron las críticas de la Conferencia Episcopal.
“La Iglesia ha aceptado, con sufrimiento y sentido de la responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para hacer frente a la emergencia sanitaria”, señalaron.