Desde el inicio de la pandemia por covid-19, miles de personas se han visto largas filas de personas que esperan un paquete de comida distribuido por la asociación Pane Quotidiano de Milán, la cual cada vez sigue sumando una mayor cantidad de los denominados “nuevos pobres”.
Lea también: A 10 años del tsunami y el desastre nuclear, Fukushima aún siente las consecuencias
“Me da vergüenza venir aquí, pero si no vengo no tengo suficiente para comer”, confesó Giovanni Altieri, un hombre de 60 años, que diariamente hace la fila para recoger su alimento tras perder su trabajo como portero de una discoteca.
De acuerdo con la AFP, unas 3.500 personas frecuentan cada día los dos puntos de distribución de Pane Quotidiano, asociación que recibe los excedentes de alimentos de varias empresas y donaciones anónimas de los ciudadanos.
Muchas de estas personas suelen esconder sus rostros para no ser reconocidos de posibles amistades que transiten por el lugar.
Luego de la pandemia, la pobreza en Italia aumentó en un millón de personas más por debajo del nivel de ingresos, siendo el mayor de los afectados en la zona norte del país.
