Mientras muchos países del mundo insisten en la importancia de la cuarentena para evitar la propagación del covid-19, Japón ha decidido aplicar otro método: convivir con la pandemia.
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Como un punto medio entre las medidas draconianas de China y la permisividad de Suecia, Japón ha apostado por volver poco a poco a la normalidad, a pesar de no haber impuesto nunca confinamientos obligatorios y restricciones fuertes, ocho meses después de sus primeros contagios.
Trenes repletos, escuelas, restaurantes y bares abiertos son escenas que se pueden apreciar en territorio nipón, en donde el gobierno implementa campañas para recuperar la economía a través del turismo local.
Sin medidas drásticas como las aplicadas en Vietnam, Corea del Sur o Tailandia, Japón tiene alrededor de 1.500 muertes y poco más de 82.000 casos pese a su cercanía con China, origen del coronavirus.
“En casi todo el mundo, la estrategia ha sido intentar contener el corovirus. Desde el principio, nosotros no tuvimos ese objetivo. Optamos por algo diferente: decidimos aprender a vivir con este virus”, explicó Hitoshi Oshitani, doctor experto en virología, en entrevista con la BBC.
Para el profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Tohoku, el virus “es algo que no se puede eliminar” al igual que otras muchas enfermedades infecciosas, por lo que la coexistencia se volvió necesaria.
Además, Tokio reconoció que no contaba con la capacidad de aplicar pruebas masivas ni las leyes para mantener encerradas a las personas, por lo que el enfoque fue cambiar a un “nuevo estilo de vida”, dijo Oshitani.
El sentido común fue clave para esta tarea: el uso de la mascarilla, mantener el distanciamiento físico, lavarse las manos, no conversar en voz alta o gritar, no besar o dar la mano, es parte de la nueva vida japonesa.
Esta decisión fue respaldada a través de estudios científicos locales, con la que perfeccionaron medidas como evitar lugares con poca ventilación, lugares donde haya multitudes o sitios cerrados donde la gente hable en voz alta.
Así, Japón avanza en su método con la ilusión de poder albergar en 2021 la gran cita aplazada este año, como se trató de los Juegos Olímpicos de Tokio.
