El papa Francisco impartió este viernes una ceremonia Urbi et orbi en marco de la pandemia del nuevo coronavirus, Covid-19. Esta ceremonia, que usualmente se realiza en Navidad y en Pascua, tuvo como objetivo otorgar la remisión por las penas debidas a causa de los pecados cometidos. No obstante, esta vez no tuvo un público presencial para evitar la propagación de la enfermedad, sino que fue transmitida por radio, televisión e internet.
En su alocución desde la Plaza de San Pedro, en Italia, el papa Francisco aseguró que “nadie se salva solo” y que se necesitan de todos los humanos para seguir adelante y hacerle frente a esta pandemia. Asimismo, reconoció la labor de los médicos, enfermeros, encargados de llevar los alimentos a los anaqueles, los limpiadores, cuidadores, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, entre otras personas que trabajan en esta crisis sanitaria.
“Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración”, dijo.
En la ceremonia, el argentino pudo orar por todos los afectados por el Covid-19 y pidió la salvación de distintos males como “los engaños y la información maligna”.
Más de mil millones de católicos en todo el mundo pudieron recibir la indulgencia plenaria -perdón de sus pecados- este viernes. No obstante, el Vaticano actualmente se prepara para recibir la Semana Santa sin procesiones para evitar la expansión del virus.