Una mujer iraní que murió de un infarto al corazón antes de ser ejecutada por asesinar a su esposo, fue ahorcada muerta para satisfacer a la madre de la víctima en la prisión de Rajai Shahr, en la ciudad de Karaj.
Zahra Ismali, de 16 años, fue declarada culpable de haber matado a su pareja, un funcionario de las fuerzas armadas de Irán, que al parecer abusó de ella y su hija.
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Omid Moradi, abogado de Ismali dijo que ella murió de un ataque al corazón mientras observaba cómo 16 hombres eran ejecutados en la horca.
A pesar que la mujer sufrió un ataque fulminante del corazón, la subieron al andamio y la colgaron de una soda.
La mujer fue ahorcada, para que la madre de su exesposo ejerciera el derecho de patear una silla debajo de sus piernas, una acción establecida en la ley que se rige por el régimen teocrático persa.
Irán es el segundo país que lleva a cabo la pena capital, luego de China.
La Naciones Unidas registraron más de 200 ejecuciones en el 2020.
