#EspecialVPItv | El coronavirus va a la escuela

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Especialistas médicos advierten que el nuevo coronavirus es más agresivo y tiene mayor rapidez de propagación y poder letal; temen que el llamado a clases presenciales lo potencie debido a la falta de condiciones escolares y culturales, lo cual empeora con la inobservancia de las normas de bioseguridad por parte de la población.

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El reciente anuncio hecho por el ejecutivo venezolano de retomar las clases presenciales en todos los niveles de educación a partir del mes de marzo, ha generado preocupación en la comunidad médica, la cual ya es crítica del método criollo de cuarentena flexibilizada por potenciar los riesgos de propagación del coronavirus.

Aseguran expertos médicos que los salones escolares reducidos y sin ventilación, donde por lo general se agrupa a cuarenta estudiantes, más la falta de agua potable de los planteles educativos, la naturaleza gregaria de jóvenes y niños, y su también natural irreverencia hacia las normas, son el cóctel idóneo para una rápida propagación del virus en la población estudiantil venezolana y a través de ella, hacia el resto del país.

Ante esta situación y ante la actitud generalizada de distensión hacia el cuidado de las normas preventivas del contagio, “es importante y es nuestro deber desde el equipo de salud, que hagamos las recomendaciones, informemos y orientemos a la población”, sostiene Miguel Ledezma, médico sanitarista, especialista en salud pública del estado Apure.

Sin embargo, Ledezma, advierte que de nada sirven estas recomendaciones si los venezolanos susceptibles de contraer y diseminar la enfermedad no las acatan y por lo cual es necesario no sólo redoblar los esfuerzos informativos sino asegurarse de su efectividad.

Evelín Faneite, epidemióloga del estado Apure, también advierte sobre el riesgo de las concentraciones tanto en espacios abiertos como en cerrados, incluyendo la presencialidad escolar y observa además, en la cultura ciudadana de desatención a las normas de bioseguridad, un potencial peligro de propagación de la pandemia aún más rápida y mayor a la primera ola de contagio.

Faneite, alerta que en un ambiente cerrado, aun cuando esté ventilado, no debe haber más de 20 personas y que incluso, respetando este número, la ventilación y resto de las medidas -si hay una sola personas contagiada- muy probablemente contagie a los demás.

Destaca  que en el estado Apure 80% de los portadores del virus lucen aparentemente sanos porque están asintomáticos, pero advierte que son los más peligrosos por ser los mayores agentes multiplicadores.

La especialista revela que el nuevo virus ya está afectando a la población joven e infantil, que las condiciones de las instalaciones hospitalarias son muy precarias para enfrentar esta enfermedad y que la mejor forma de cuidarse siguen siendo las trilladas medidas de quedarse en casa, lavarse las manos, usar el tapabocas y mantener la distancia social.

En torno a las clases presenciales, exhorta a las autoridades escolares a evitar la concentración de 40 alumnos por aula, así como a desistir de agrupar a todos los estudiantes de la institución en una misma jornada.

Asimismo, recomienda usar los espacios abiertos, áreas verdes o salones de usos múltiples para las clases, espaciar las filas con un pupitre vacío a los lados, delante y detrás de cada estudiante, garantizar abundante agua y jabón para el lavado de las manos, hacer cumplir las normas preventivas y ofrecer suficiente y efectiva información a toda la comunidad educativa, de modo que se instaure la cultura preventiva “porque esto apenas está comenzando”.

Las instalaciones y cultura escolar potencian el riesgo de contagio

Una profesional de la medicina y representante en un colegio de Apure, compartió su preocupación con el resto de los padres de esa comunidad educativa, acerca del llamado a clases presenciales a partir del mes de marzo y para lo cual considera ella, no hay condiciones escolares ni culturales.

Su temor es porque los salones de clases son muy cerrados, no tienen ventilación, en una sola aula imparten clases a 40 estudiantes y tanto a los niños como a los jóvenes, les gusta andar en grupo, tener contacto para darse manifestaciones de afecto y no le prestan atención a las medidas preventivas.

Y por otro lado, porque el número de estudiantes casi siempre sobrepasa la capacidad de los espacios, los colegios son claustros y con la carencia de los servicios públicos, casi nunca tienen agua potable necesaria para el lavado de manos e higiene de las instalaciones.

Frente al inminente retorno presencial a las aulas de clases, esta profesional de la salud y madre de dos estudiantes, hizo unas recomendaciones con las que intenta proteger a sus hijos, a sus compañeros de clases y al resto de los estudiantes del colegio.

“Hay que hablar con nuestros muchachos. Que no estén abrazándose ni besándose”, dijo la profesional.

“Que su tapaboca cubra boca y nariz, cuidando tener debajo uno quirúrgico, si el tapaboca superior es de tela… Y que entiendan que de estas medidas dependen sus vidas”, resaltó la especialista.

Ella asegura que pasará mucho tiempo antes que el coronavirus desaparezca y que desaparecerá cuando esté vacunado el 100% de la población mundial, lo cual tampoco es una garantía total debido a que siempre habrá alguna persona resistente a la vacuna que pueda portar el virus, así como alguien susceptible de la enfermedad en el curso del tiempo y por lo cual hay que revacunarse

La educación es un arma poderosa para contrarrestar la enfermedad, pero “hay que documentarse bien, de páginas buenas y no de fake news o infodemia”, indicó la representante y experta en salud, quien reflexionó que lo importante no es atemorizarse, sino saber cómo manejar la situación.

¿Cómo hacer que se tome la prevención en serio?

El primer paso para lograr esto, apunta Miguel Ledezma, es que las personas deben conocer que el coronavirus se ha hecho más fuerte “hay mutaciones, cambios en el genoma del virus, lo cual ha traído como consecuencia que se ha hecho más virulento, de mayor contagio y esto ya ha sido demostrado por investigaciones de muchos países”.

Ledezma señaló que junto al progreso del virus, también se ha avanzado rápidamente en su tratamiento y los protocolos actuales ya no son los mismos que al comienzo de la pandemia, pero esto no debe ser causa de distensión para la ciudadanía.

“Al principio se hablaba mucho de intubación, luego se determinó, por estudios, que la tormenta de citoquinas era la que generaba mayor complicación y daba una microtrombosis pulmonar. Debido a eso, los protocolos cambiaron y la sobrevida ha aumentado”, explicó.

No obstante, hay una gran mayoría de transmisores asintomáticos y un tres por ciento de la población vulnerable expuesta a estos transmisores, en la que entran pacientes de la tercera edad con patologías respiratorias, cardiopatías de base o inmunosuprimidos, así como HIV positivos en tratamiento, nefrópatas, diabéticos y de otras patologías, que corre el riesgo de complicarse con un desenlace fatal, recalca el especialista.

En cada hogar puede haber un familiar con estas características, recuerda Ledezma, y “es lamentable que seamos nosotros quienes llevemos la enfermedad a la casa y que seamos nosotros quienes contaminemos a nuestros padres, abuelos, tíos o familiares que están tranquilos, quizá hasta con cierto temor de salir durante la flexibilización para evitar el contagio”.

La población ha bajado la guardia con las medidas preventivas

En marzo del año pasado y durante los primeros meses de la cuarentena, el temor al contagio de la covid 19, mantuvo la afluencia en calles de San Fernando y resto de poblaciones del estado Apure, relativamente moderada, con personas que salían de sus casas estrictamente a lo necesario, cuidando de usar su tapaboca, guantes y mantener la distancia adecuada.

Hoy día, es común el alto tráfico de personas en las calles y las aglomeraciones en mercados municipales, supermercados y establecimientos comerciales, como si la pandemia se hubiera ido.

Sostiene Ledezma que esta actitud relajada hacia la pandemia, se debe a que hay movimientos internacionales anti mascarilla y antivacuna, mucho bombardeo de información contradictoria y a las medidas de flexibilización de la cuarentena, incluso por un mes entero en diciembre, lo cual ha instaurado una especie de relajación en la conciencia colectiva venezolana.

El médico alerta que esta actitud distendida de la población puede traer consecuencias mucho más lamentables que la primera etapa del virus, la cual ha dejado de luto al gremio médico, así como a la mayoría de los venezolanos, que vivieron de cerca la pérdida de un familiar o conocido.

“En la medida que este virus esté circulando con mayor libertad y que viene mutando, no sabemos con qué otra cosa puede aparecer, por eso, lo único seguro que tenemos hasta ahora, aunque cada día haya más adelantos, es el correcto uso del tapaboca que cubra la nariz y con un textil apropiado que cumpla la función de barrera de protección, la higiene de manos y la distancia de al menos metro y medio de otras personas”, reafirma el experto apureño en salud pública.

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