EFE.- Madeline Stuart, con síndrome de Down; Winnie Harlow, con vitiligo; Rebekah Marine, con un brazo biónico, o Reshma Qureshi, desfigurada por el ácido, se han convertido en las modelos protagonistas de la Semana de la Moda de Nueva York, pese a no responder a los estándares de belleza de la pasarela.
Los diseñadores las eligen para apoyarlas en la visibilización de sus particularidades, unos handicaps que han transformado en valor añadido en el a veces frívolo y monocorde mundo de la moda.