Keiht Rowley, primer ministro de Trinidad y Tobago, conversó el pasado domingo con Delcy Rodríguez para extender su dolencia debido al asesinato de un bebé venezolano que viajaba en una embarcación de migrantes cuando la Guardia Costera de ese país abrió fuego para interceptar el bote, según reseñó el medio Associates Times.
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A través de un comunicado, Rowley informó que transmitió a Rodríguez su pesar por el hecho. “Nuestro más sentido pésame a la familia y a la comunidad venezolana en general en este momento de dolor por la pérdida de la vida del niño pequeño, en el mar, durante las operaciones de seguridad que involucraron a la Guardia Costera TT y a los traficantes que transportaban personas ilícitas”.
La máxima autoridad trinitense prometió acelerar la presentación de credenciales del embajador oficialista M/G Edmund Dillon, argumentando que “eso facilitará una reunión temprana entre los miembros superiores de la Guardia Costera de su país y los oficiales superiores de la Guardia Nacional para lograr una colaboración mejor y más efectiva contra los negocios ilícitos de tráfico de personas, armas y drogas, etc., que son perjudiciales para ambas naciones”.
Finalmente, el primer ministro reiteró su llamado “a nuestros vecinos venezolanos para que no se animen a arriesgar su vida y la de los demás en los ilícitos y peligrosos cruces fronterizos”.
