Oriana Barroso-. Mujeres venezolanas embarazadas están dejando el país y cruzan la frontera hacia Brasil para dar a luz a sus bebés, debido a la falta de cuidados prenatales, medicamentos y pañales, que atraviesa el país. Diariamente en esa frontera nacen tres hijos de venezolanos.
“Si me hubiera quedado, mi bebé habría muerto. No había alimentos ni medicinas, ni doctores”, afirmó María Teresa López mientras alimentaba a su hija Fabiola, quien nació el lunes por la noche por cesárea en la maternidad de Boa Vista, la capital del estado fronterizo de Roraima, en Brasil.
María Teresa, de 20 años, viajó 800 kilómetros desde su casa en el delta del río Orinoco hacia la frontera brasileña hace cinco meses. Es una de las cientos de miles de venezolanos que han huido de los problemas políticos y económicos que afectan al país, en su mayoría hacia la fronteriza Colombia.
Los nacimientos de bebés venezolanos en la maternidad de Boa Vista subieron de 566 a 571 en la primera mitad de 2018, desde 288 en 2016 cuando comenzó el flujo de refugiados venezolanos, explicó el Departamento de Salud de Roraima.
La coordinadora de seguridad sanitaria de Roraima, Daniela Souza, dijo que el estado sólo tiene una maternidad y que está al límite, con pacientes durmiendo en catres en los pasillos. Jeringas, guantes y otros suministros se están acabando, agregó.
El Gobierno brasileño y el Ministerio de Información de Venezuela no respondieron inmediatamente a los pedidos de comentarios.El gobernador de Roraima ha pedido a la Corte Suprema de Brasil que cierre la frontera para poder lidiar con la crisis migratoria, pero el gobierno federal en Brasilia lo descartó por razones humanitarias.
Teresa López, una india Warao del delta del Orinoco, afirmó que sólo regresaría para buscar a su hija mayor, quien se quedó con su abuela porque era demasiado joven para hacer el arduo viaje hasta la frontera.Brasil la ha recibido bien y su marido encontró trabajo haciendo trabajos variados, pintando y cortando el césped, dijo López, mientras le daba leche a su bebé con una jeringa grande.
“No queda nada para nosotros allá”, sostuvo. “No me hice una ecografía hasta que llegué a Brasil y fue gratis. Quiero quedarme”, concluyó
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