Wilder Delgado.- 11 de octubre de 2011, estadio José Antonio Anzoátegui de Puerto La Cruz, corría el minuto 60, Juan Arango con su zurda se dispuso a cobrar un tiro libre frente a la barrera argentina. El capitán mandó un zapatazo que Mariano Andújar no pudo detener y terminó desviando por la raya final, para un tiro de esquina venezolano, un córner que cambiaría la historia de la selección sudamericana que nunca le había ganado a Argentina.
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La algarabía seguía aumentando bajo un clima de calor, mientras Arango trotaba lento para ejecutar el tiro de esquina, los latidos del corazón se intensificaban, los nervios se colocaban a flor de piel y crecía la sensación de que algo iba a suceder en esos minutos.
Arango tomó vuelo, empezó su corta carrera y envió la blanca pelota hacia el área chica, como si la hubiese colocado con la mano, de repente como un avión apareció “La Grulla”, Fernando Amorebieta, para estirarse e impactar de cabeza el balón. Cabezazo fuerte, hacia abajo, difícil para el portero; en ese momento se vivieron segundos intensos, mientras la número 5 entraba y acariciaba la red, ¡Pum! golazo venezolano, golazo de un jugador que decidió dejar España para unirse a la Vinotinto, y estalló la fiesta en Puerto La Cruz.
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Este en definitiva fue el gol que más ha gritado Venezuela, por el contexto, por lo difícil del partido, por el rival, porque se mantenía la ilusión de ir al Mundial. Este gol unió a millones de venezolanos que aún creían en la selección, este gol colocó a Amorebieta entre las leyendas de la oncena nacional.
Este gol lo recuerdo hoy, que se cumplen 9 años y 15 días de haberse logrado, y justamente porque el protagonista: Fernando Amorebieta, anunció su retiro del fútbol profesional a los 35 años, después de una carrera exitosa que lamentablemente se vio mermada por las recurrentes lesiones que no le permitieron seguir en un gran camino.
