Tras una jornada de cuatro horas, los cancilleres que asistieron a la reunión de consulta para tratar el tema de la crisis venezolana, decidieron suspenderla por falta de consensos entre los 26 Estados miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) que asistieron.
En ese tiempo, diversas delegaciones tomaron la palabra para expresar sus posturas que pueden resumirse en tres: Los países que directamente calificaron la asamblea de “injerencista” y la porque se efectuó sin la autorización de Venezuela, como es el caso de Ecuador, Bolivia y Nicaragua. Los que reconocieron que hay una escalada en la conflictividad del país pero lo adjudicaron a la falta encuentros políticos, a la intervención del secretario general de la OEA, Luis Almagro, y abogaron por apoyar el diálogo convocado por la Unasur. Estos fueron los argumentos de la mayoría de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom).
La última posición es la de los países que se pronunciaron en contra de la “constituyente” y abogaron por el reconocimiento de la Asamblea, la liberación de los presos políticos y la apertura de un canal humanitario. Asumieron este discurso Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Uruguay.
De estas dos últimas posiciones surgió el mismo número de propuestas de acuerdos: Una impulsada por Caricom para llamar a la conciliación entre las partes sin la OEA y la otra, mucho más crítica con el gobierno de Venezuela y en la que rechazaban la constituyente.
Al final de las cuatro horas, fue imposible agrupar a la mayoría bajo uno de los dos acuerdos, por lo que decidieron suspender para una próxima reunión que debería realizarse ante de la 461 Asamblea General del organismo que se realizará del 19 al 21 de junio.
