En Venezuela cada 4 de diciembre se le rinde tributo a Santa Bárbara por ser una virgen mártir cristiana del siglo III. Conforme con la tradición, nació en Nicomedia, hija del sátrapa rey Dióscoro, quien la dejó encerrada en una torre.
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Los motivos de su encierro se cree que fue para evitar que los hombres contemplaran su belleza y no la sedujeran y de esta manera prevenir el proselitismo cristiano. Mientras su padre no estaba, Bárbara se dedicó al cristianismo y aprovechó para mandar a construir tres ventanas en su torre, representando así la Santísima Trinidad.
Cuando su progenitor se enteró quiso acabar con la vida de su hija, por lo que Bárbara decidió huir y se escondió en una colina rocosa.
Santa Bárbara vivió un martirio amarrada a un potro, azotada, desgarrada por rastrillos de hierro y fue colocada en un lecho de trozos de cerámica cortantes y a su vez era quemada con hierros. Finalmente, el juez ordenó pena de muerte por decapitación. Su padre la degolló en la cima de la montaña el 4 de diciembre hace más de 1.700 años.
Ella es considerada como la patrona de las profesiones que trabajan con explosivos y particularmente de los militares que manejan armamentos, incluso en algunos países musulmanes.
