El joven venezolano, Roger Sandoval, llegó a Nicaragua hace tres años con la esperanza de mejorar su calidad de vida.
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Sandoval se preocupa cada día en como hacer crece su venta de arepas, labor con la que sobrevive junto a su familia en una pequeña ciudad situada a varios kilómetros de Managua.
Junto a él, su hermana Claudia Sandoval hicieron de este pequeño negocio el sustento económico de la familia. Con el llamado “Arepas asadas, arepas asadas”, Claudia sale cada día a vender las arepas en el centro de la ciudad donde actualmente residen.
“Mi hermano y yo nos levantamos a las 5:00 o 5:30 de la mañana y nos organizamos. Luego se preparan las primeras 10 o 15 arepas y se meten a la lonchera. Ya todo preparado salgo de la casa a vender”, contó la venezolana.
Para Roger, dejar su casa en Venezuela y comenzar de cero ha sido de los retos más duros que ha tenido,
“Imagínate lo que es empezar de nuevo, dejar todo; llegamos aquí con maletas nada más. No teníamos una cama donde dormir”, expresó para la Voz de América.