En diferentes países del mundo se encuentran más de 5,4 millones de venezolanos, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que dejaron su vida atrás para poder subsistir en tierras lejanas.
Muchos de ellos, no solo se fueron con el ideal de convertirse en profesionales y tener un mejor desarrollo en sus áreas de trabajo, hay quienes simplemente decidieron emprender otro rumbo con el fin de cubrir los gastos de su familia en Venezuela.
Las cifras de niños, niñas y adolescentes que se han quedados bajo el cuidado de sus abuelos, representantes y hasta amistades porque sus padres tuvieron que salir del país, aumentan cada día.
Para las personas de la tercera edad esto es una situación muy difícil de enfrentar, porque viven bajo carencias económicas y además, sobrellevar la crianza de sus nietos.
La señora Leyda Martínez se enfrenta a esta situación: “Mis hijos se tuvieron que ir para Colombia a trabajar pero ahorita la situación allá está dura. Yo tengo a mis nietos aquí y a veces no tengo más nada que darles, solo arroz”, contó en una entrevista para el equipo de VPItv.
La covid-19 complicó aún más la supervivencia de los venezolanos en el extranjero. Si bien muchas empresas optaron por la opción del teletrabajo, muchas otras tuvieron que cerrar sus puertas o recortar personal. Esto ha provocado que el envío de remesas disminuya.
“Es muy difícil cuidar a dos nietos discapacitados, no tengo recursos para darles lo que me piden. Me siento triste porque no está su madre y siempre me preguntan por ella”, dijo Yasmery Barboza.
La soledad también es protagonista en esta historia, muchos ancianos tienen años sin ver a sus hijos, inclusive, sin conocer a sus nietos.
“Tengo 5 años sin ver a uno de mis hijos y al otro 3 años. Me siento conforme porque mi nieto está acá conmigo”, manifestó Adamila Ochoa.
