La investigación y el diagnóstico precoz siguen siendo la mejor manera de reducir el número de muertes del cáncer de seno. Sin embargo, existe la discusión sobre el mejor método para detectar esta enfermedad, según revela la dra. Liji Thomas, especialista en ginecología y obstetricia.
La mamografía es un método que utiliza radiografías de la dosis inferior a la imagen el tejido del pecho para la investigación y el diagnóstico del cáncer de mamas, consiste en la compresión firme del pecho contra el detector que permite una imagen sin obstrucción, también ofrece la distancia más corta entre el seno y el detector en todos los puntos, reduciendo el número de películas y de exposición de radiación, mientras que permite la proyección de imagen solo-avión del tejido mamario entero.
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Sin embargo, los mamogramas también causan la exposición de radiación, que es la más peligrosa entre mujeres bajo 40 años y varias pruebas indican que la misma exposición podría ser la causante de la afección.
Por lo tanto, existe otra opción de prueba que no es tan común, se trata de la termografía, la cual es un procedimiento de la proyección de imagen usando diferencias de la temperatura en la superficie del seno, descubiertas por las cámaras infrarrojas.
Las malignidades son generalmente más calientes del tejido normal debido a la producción del óxido nítrico que produce la vasodilatación local primero, y después ascienden el incremento del vaso sanguíneo, llevando a que la sangre creciente atraviese el tumor, así como el índice de metabolismo más alto en células cancerosas.
No obstante, las grabaciones del calor pueden cambiar con la inflamación, la infección, el ejercicio, o los cambios a veces hormonales, por lo que la termografía no es aún una de las más adecuadas.
