La ciudad de Nueva York, en Estados Unidos, gasta 383 dólares diarios por albergue, comida y educación para los niños por cada migrante. En el estado actualmente hay más de 57.300 personas bajo cuidado, informó el alcalde Eric Adams.
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«Con más de 57.300 personas actualmente bajo nuestro cuidado en una noche promedio (el gasto), asciende a 9.8 millones de dólares por día, casi 300 millones por mes y casi 3.600 millones por año», indicó Adams al advertir que esa cifra aumentará si continúa el ritmo del flujo migratorio.
En lo que va de año fiscal, la ciudad ha gastado 1.450 millones para brindar alojamiento, alimentos y servicios a esta población, alertó Adams al asegurar que los costos podrían aumentar a 4.700 millones “si las cosas no cambian».
El alcalde de Nueva York aseguró que han recibido cerca de 100.000 migrantes en un año, de los que cientos de ellos han sido trasladados a otros estados o han salido del sistema de protección al obtener un trabajo.
«Nueva York sobrepasó su punto de quiebre», afirmó, al tiempo que hizo un llamado urgente a la legislatura local y al Gobierno federal a atender la situación migratoria.
Adams sostuvo que esa cifra «es más que los 1.400 millones que gastamos el año fiscal pasado y casi equivale a los presupuestos del departamento de sanidad, nuestro departamento de parques y bomberos combinados».
Advirtió además que de continuar este ritmo, para finales del 2025 la ciudad podría tener a 100.000 inmigrantes bajo su cuidado, con un gasto proyectado de más de 12.000 millones de dólares en tres años fiscales, de los cuales necesita conseguir 7.000.
A esa cifra se suman los neoyorquinos sin techo a los que tiene bajo su cuidado mientras encuentran una vivienda para estos, de acuerdo con la agencia de noticias EFE.
En este sentido, el alcalde reiteró al Gobierno Federal su reclamo de que se aceleren los permisos de trabajos para los recién llegados y solicitó declarar un estado de emergencia “para que se asignen fondos federales rápidamente para la ciudad y una estrategia de descompresión en la frontera”.
Los albergues públicos superaron su capacidad máxima, por lo que las autoridades decidieron alquilar hoteles en la zona metropolitana y al norte del estado para alojarles y cumplir así con la ley de dar refugio a quien lo solicite.
