Cuba comenzó a vender dólares a la población como una medida del mandatario Miguel Díaz-Canel para “controlar la venta ilegal de divisas y bajar la tasa de cambio”.
Decenas de cubanos se concentraron a las afueras de las sucursales financieras de La Habana para comprar un máximo de 100 dólares diarios o su equivalente en otras monedas como euros, pesos mexicanos y libras esterlinas.
Este es el segundo intento de Cuba para estabilizar el mercado cambiario de la nación, iniciado a comienzos de mes cuando las autoridades anunciaron que adquirirían moneda extranjera a particulares a un precio similar al del mercado negro, equivalente a 110,40 pesos cubanos por dólar en ese momento.