La selección de Rusia tuvo su debut soñado este jueves en la apertura del Mundial que organiza al golear 5-0 a su par de Arabia Saudita, gracias en gran parte al protagonismo de un Denis Cheryshev que no fue titular, y al buen juego del mediocampista Aleksandr Golovin.
Favorito por la localía, el combinado anfitrión desnudó las debilidades e ineficacias del conjunto árabe, que fue la más fiel demostración de por qué no se debe cambiar de entrenador antes de un Mundial. En su caso no solo salieron del estratega que los llevó a la clasificación, el holandés Bert van Marwijk, sino que además nombraron al argentino Edgardo Bauza como su sucesor y, días más tarde, lo botaron y designaron al que finalmente los está dirigiendo en Rusia, el también argentino Juan Antonio Pizzi.
Y es que la goleada rusa no fue precisamente porque los de Stanislav Cherchesov hayan desplegado un fútbol brillante, sino más bien porque aprovecharon los espacios dejados por el conjunto árabe. Muestra de ello es que al primer cuarto de hora los locales ya ganaban 1-0, gracias al cabezazo del centrocampista Yuri Gazinskiy.
El 2-0 pudo caer de inmediato, pero no fue sino hasta el minuto 43, casi antes del descanso, cuando Cheryshev dejó a dos defensores asiáticos tirados en el engramado con un sutil recorte, y después estremeció las redes con un zurdazo que amplió la ventaja.
Cabe destacar que Cheryshev ingresó por el lesionado Alan Dzagoev, quien a los 24 minutos de juego sintió un tirón en la parte trasera de su pierna derecha y tuvo que ser sustituido.
En el complemento prevaleció la misma tónica, con una Rusia dominando de principio a fin, y una Arabia Saudita que nunca exigió al arquero y capitán ruso Igor Akinfeev, espectador de lujo del duelo.
Sin mayores contratiempos o jugadas de peligro transcurrió la segunda mitad hasta que Cherchesov dio ingreso al tanque ruso Artem Dzyuba en lugar de Fedor Smolov. La segunda pelota que tocó el delantero centro culminó en el fondo de la red, tras un gran centro de Golovin, dueño y señor del mediocampo.
La afición local estaba contenta con el 3-0 y de repente Cheryshev se inventó un golazo a tres dedos en el descuento que levantó a todos de los asientos, incluido al presidente de su país, Vladímir Putin, quien presenció el encuentro junto al mandamás de la FIFA, Gianni Infantino, y su par árabe Salmán bin Abdulaziz.
Cuando todo parecía finiquitado, Golovin coronó su excelente performance ejecutando un tiro libre al borde del área de manera perfecta, y colocando en el marcador cifras definitivas.
Así las cosas, Rusia se convirtió en el primer líder del Grupo A con tres puntos, cinco goles a favor y cero en contra, a la espera de lo que hagan el viernes a primera hora sus rivales Egipto y Uruguay.
