El desmantelamiento de los grupos armados conocidos como megabandas es posible en Venezuela siempre que los organismos de seguridad, de la mano con el Estado, destinen los recursos y la logística necesaria, aseveró el abogado Fermín Mármol García.
A propósito de la neutralización de Carlos Luis Revete, el especialista señaló que lo ocurrido con alias El Koki es una demostración de poder de desmantelamiento de grupos hamponiles que poseen los cuerpos de seguridad del país, además de la coordinación entre estos.
“Nos demuestra que cuando hay voluntad y apoyo político para que los organismos de seguridad cumplan con su mandato legal, es posible hacer valer la constitución y luchar contra la delincuencia y hacer alianzas con otras fuerzas para acometer uan reducción importante del crimen. Esta es una lectura a darle a la muerte de El Koki”, afirmó.
El jurisconsulto afirmó que el crimen y la violencia han hecho metástasis en el país, y precisó que la nación registra los indicadores más graves en materia delincuencia. Precisó que se deben emprender esfuerzos y destinar recursos para someter y desmantelar la megabandas.
Mármol García insistió en que la debilidad institucional se traduce en mayores espacios y cuotas de poder de estos grupos armados.
“La gente deja de ser ciudadano para convertirse en mero habitante o poblador donde estas estructuras del crimen logran tener control territorial. Esto da paso a un primitivismo social porque las instituciones son percibidas como parte del problema e incapaces de resolver el asunto”, dijo Mármol García.
La robustez del estamento institucional, a juicio de Mármol García, es punto focal para mantener a raya y desarticular a los grupos armados en Venezuela, lo cual también se traduce en confianza por parte de la ciudadanía hacia el Estado.
“Las estructuras criminales encuentran un territorio fértil, y buscan controlar y someter poblaciones al no tener contención represiva en el ámbito jurídico”, dijo el experto, quien señaló la importancia de reforzar los valores en casa para evitar que los jóvenes incursionen en el mundo delictivo.
