Estados Unidos descartó que la colisión entre uno de sus drones y un caza ruso sobre el Mar Negro, que les obligó a derribar su propia nave, haya sido un accidente por parte de las fuerzas rusas.
“Teniendo en cuenta las acciones de los pilotos rusos, está claro que (la maniobra) fue insegura y poco profesional. Creo que los hechos hablan por sí solos”, dijo el portavoz del Pentágono, Pat Ryder.
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Antes de la colisión, explican que los aviones rusos habían arrojado combustible y volado frente al dron “de forma imprudente”, hasta que finalmente la aeronave golpeó la hélice de su MQ-9, lo que llevó a la decisión de derribarlo debido al golpe que recibió.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa ruso ha negado cualquier contacto entre su caza ruso y el MQ-9, a través de un comunicado indican que el dron estadounidense habría perdido altura debido a una maniobra “incontrolada y colisionó contra la superficie del agua”.
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