En un terreno vulnerable y con láminas de zinc, frente a la posibilidad de una vivienda adjudicada, Yobaida Colina y su familia construyeron lo que ahora es su casa, la cual manifiesta graves signos de un posible desplome por el deterioro. Pese a esto, la mujer radicada en el sector Alí Primera II de la ciudad de Coro, estado Falcón, dice que no tiene a dónde más ir.
Afirma que han sido varias las ocasiones que pide ayuda a las autoridades regionales y municipales. Desde hace seis meses, tiempo en el que mataron a su pareja, asumió por completo la responsabilidad de su familia, compuesta por cuatro hijos, dos nietos, y su suegra, una mujer mayor que padece de Alzheimer.
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Yobaida cuenta que su ingreso como empleada doméstica solamente le permite cubrir, escasamente, la comida de su familia, con lo cual se le hace imposible aspirar a siquiera mudarse a un sitio alquilada. El pavor crece con las lluvias, puesto que la edificación, en la que vive desde hace 12 años, está a pocos metros del río Río Coro.
La situación empeoró en los últimos seis años. Primero cayó su baño, luego la mitad de su habitación, espacio que colapsó por completo en los últimos días. Solo unas láminas de zinc pueden, parcialmente, sustituir parte de la infraestructura.
Aunque sus peticiones ha sido infructuosas hasta la fecha, la mujer indica que insiste para lograr la adjudicación de una casa mediante los programas habitacionales de la administración de Nicolás Maduro. Mientras, sigue trabajando como doméstica y afirma no perder la fe de tener un mejor techo.
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