Luego que el Ejército de Birmania arrestara a la líder de facto Aung San Suu Kyi, y al presidente Win Myint, varios países han manifestado su rechazo al golpe de Estado.
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca dijo que Estados Unidos está “alarmado” por la situación y pidió a los militares que liberen a los políticos detenidos.
En un comunicado, Estados Unidos reafirmó su “fuerte apoyo a las instituciones democráticas birmanas”.
La Unión Europea (UE) también condenó “enérgicamente” la insurrección militar. Charles Michel, presidente del Consejo de la UE, acudió a su cuenta de Twitter, para pedir a los militares que “liberen a todos los que han sido detenidos ilegalmente en redadas por todo el país”.
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Por otro lado, el primer ministro británico Boris Johnson, condenó, mediante su cuenta de Twitter, “el golpe y el encarcelamiento de civiles, incluida Aun San Suu Kyi, en Birmania. El voto del pueblo debe ser respetado y los líderes civiles liberados”.
El ministerio de Exteriores de China expresó su deseo de que la situación se resuelva “dentro del marco constitucional y legal (…) Y que se mantenga la estabilidad política y social”.
Finalmente el Ministerio de Exteriores de Irán expresó su preocupación por lo ocurrido en Birmania y afirmó que el siglo XXI “no es el momento para un golpe de Estado militar.
