La Corte Penal Internacional (CPI) centrará su investigación en los talibanes y el grupo Estado Islámico del Khorasan (EI-K), declaró su nuevo fiscal jefe, Karim Khan.
De acuerdo con Khan, al no poder “esperar investigaciones locales auténticas y eficaces” tras el ascenso al poder por parte de los talibanes, instó a los magistrados de la corte que centren la investigación en los talibanes y en el EI-K y no “den prioridad” a los supuestos crímenes de las las fuerzas estadounidenses que se retiraron del país.
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“La reciente evolución de la situación política en Afganistán y el cambio de régimen que ha conocido el país han tenido profundas repercusiones”, declaró Khan en un comunicado.
“Al cabo de un análisis minucioso, he llegado a la conclusión de que, en vista de las circunstancias actuales, ya no hay perspectivas de que las autoridades nacionales vayan a llevar a cabo verdaderas investigaciones”, añadió.
Khan pidió a los jueces que “decidan a la mayor premura” para poder retomar la investigación, suspendida el año pasado a petición del gobierno afgano de aquel entonces, que quería llevar a cabo su propia investigación.
La apertura de una investigación por parte de la CPI en Afganistán, especialmente por supuestos crímenes cometidos por los soldados estadounidenses, llevó a la administración del expresidente norteamericano Donald Trump a imponer sanciones a la predecesora de Khan, Fatou Bensouda.
“Así, he decidido centrar las investigaciones de mi oficina en Afganistán en los crímenes que habrían sido cometidos por los talibanes y el Estado Islámico de la provincia del Khorasan, en detrimento de otros aspectos de la investigación”, explicó, destacando “la gravedad, el alcance y la naturaleza de los delitos que habrían cometido o que cometerían los talibanes y el Estado Islámico”.
La CPI fue creada en 2002 para juzgar los distintos crímenes cometidos en el mundo.