Al menos medio centenar de personas fallecieron en la iglesia católica de San Francisco, en la ciudad de Owo, Nigeria, durante una misa de domingo donde feligreses celebraban la festividad de Pentecostés. Hombres armados abrieron fuego y detonaron algunos explosivos.
La imagen posterior a la masacre fue la de varios supervivientes heridos en un hospital debido a las “laceraciones, heridas de bala y lesiones por explosiones”.
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En un reportaje de la agencia británica Reuters, se recogieron algunos testimonios que visualizan la masacre. Alex Michael recibió un disparó en la pierna mientras buscaba resguardo para sus hijos bajo unas sillas.
Masacre en iglesia deja al menos 50 muertos en Nigeria 🇳🇬 pic.twitter.com/9OX1s7aIgq
— Reuters Latam (@ReutersLatam) June 8, 2022
Aturdido en una cama de hospital, todavía recuerda lo sucedido. “Inmediatamente entraron y empezaron a disparar por todas partes, mucha gente”, dijo.
Así como la de Michael, el tiroteo dejó postales de dolor a su paso. Sobrevivientes, manchas de sangre y llanto, era lo que se podía encontrar en hospitales locales el día después.
Samuel Aluko, médico de guardia en uno de hospitales que recibió heridos, aseguró que 27 víctimas adultas estaban recibiendo tratamiento por una amplia gama de lesiones, algunas potencialmente mortales. Sostuvo que una mujer había perdido las dos piernas, reseñó Reuters.
El hecho tuvo una gran repercusión y hasta el papa Francisco y el presidente de esa nación, Muhammadu Buhari, se manifestaron al respecto.
Aunque aún no se conocen las causas del hecho, se ha podido saber que la localidad de Owo en el estado de Ondo, es una zona de Nigeria que no suele sufrir violencia por motivos religiosos, pues convive la etnia yoruba, dividida a partes iguales entre musulmanes y cristianos.
