El Tribunal Supremo de Estados Unidos avaló las medidas de restricción impuestas por la Casa Blanca este lunes, donde es denegada la residencia a todo ciudadano que recibe ayudas sociales.
El presidente de EEUU, Donald Trump ha puesto en práctica una serie de normas que impide a todo inmigrante legal que recibe apoyo social, como bonos de comida o asistencia gratuita médica, puedan optar a la residencia permanente.
Los nueve jueces que componen el alto Tribunal estadounidense, votaron divididos cinco contra cuatro, la petición de la administración de levantar un bloqueo impuesto por un tribunal de menos rango para detener la aplicación de la normativa impuesta por la Casa Blanva para negar la residencia a quien tenga ayudas sociales.
Por su parte, los defensores de los derechos de los inmigrantes han reprochado tal medida, considerando que se trata de “una prueba de riqueza”, que estaría ajustada para dejar fuera el proceso de admisión para la residencia a todas aquellas personas que “no son blancas”. Vale la pena mencionar que un juez del distrito de Manhattan el pasado 11 de octubre, impidió la puesta en marcha de esta medida, calificándola como una “política de exclusión” y “repugnante para el sueño americano”.
El gobierno de Trump, asegura que esta norma es creada “para proteger los beneficios de los estadounidenses”, ya que “los inmigrantes deben ser financieramente autosuficientes”.
Es importante resaltar, que el presidente estadounidense, no ha dado su brazo a torcer cuando se trata de inmigración en su país, al punto de amenazar en construir el muro en la frontera sur del país con México para frenar el flujo de migrantes procedentes de Centroamérica, incluso ha llegado a desviar miles de millones de fondos del Pentágono para destinarlos a la construcción del muro, medida que anunció desde su campaña electoral en 2016.
Asimismo, queda en veredicto la decisión del organismo Supremo sobre la regularización de los llamados “dreamers” (soñadores), que son todos aquellos migrantes traídos de forma irregular siendo niños y han sido criados, estudiando y trabajando como cualquier otro estadounidense, sin haber podido estar en su país de origen y hasta siendo inconscientes de que son norteamericanos. Esta temática aun está sobre la mesa para saber que sucederá con los más de 10 millones de extranjeros sin papeles dentro de los Estados Unidos.
