Sigrid Stokes, una enfermera estadounidense, de 76 años, que aún no piensa jubilarse, vive ocupada aplicado vacunas anti-covid-19, así como lo hacia su madre hace más de 100 años.
Stoke contó a AP que sigue el ejemplo de su madre, Berg Mueller, que atendió a las víctimas de la afección de gripe que afectó a todo el planeta en 1918.
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“Ella y una amiga se ofrecieron como voluntarias para trabajar en un hospital local, haciendo lo que pudiesen. Me imagino que daban de comer a los pacientes, los bañaban, les hacían la cama… lo que fuera”, relató la enfermera mientras se colocaba cómoda para suministrar dosis en el Salinas Valley Memorial Hospital, ubicado al norte de California.
El familiar de Stokes dijo que su experiencia en medio de la pandemia fue el trampolín para ella formarse como enfermera, a pesar de pertenecer a una familia de bajos recursos.
En las imágenes publicadas por el medio, se observa a Stokes alegre con su cabello de color blanco y unos lentes negros.
Asimismo, aseguró que da “buenas inyecciones” a los pacientes y las personas que llegan al hospital a aplicarse la vacuna.
