En Estados Unidos es costumbre vivir las consecuencias de un huracán. Florida, uno de los estados más afectados por la pandemia del Covid-19, ya se prepara para recibir a estos fenómenos naturales en medio de la crisis de la epidemia del coronavirus.
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“La Covid-19 es mala. Un huracán es malo. El impacto de un huracán en un ambiente de coronavirus será mucho peor que ambos sumados. Será un efecto multiplicador y no acumulativo”, indicó Bryan Koo, asesor de la División de Manejo de Emergencias de Floridad (FDEM).
Especialistas de la Universidad del Estado de Colorado advirtieron que entre julio y noviembre se formarán hucaranes de gran intensidad de más de 178 KM/H.
“Nos estamos preparando para lo peor, obviamente. Ojalá no tengamos que lidiar con un huracán. Pero tenemos que asumir que tendremos uno”, dijo el jueves el gobernador de Florida, Ron DeSantis.