El papa Francisco se reunió en privado con el principal líder religioso chií, el ayatolá Ali Al Sistani, en Nayaf, Irak.
La conversación, que duró 45 minutos, fue considerado un gesto histórico en las relaciones entre el catolicismo y el islam.
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En un comunicado, el Vaticano informó que el Papa subrayó “la importancia de la colaboración y amistad entre las comunidades religiosas para que, cultivando con respeto recíproco el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de la entera comunidad”.
Por su parte, la oficina de Al Sistani explicó que el ayatolá habló de “las injusticias y opresión, la persecución religiosa e intelectual (…) el bloqueo económico y los desplazados de muchos pueblos de la región, entre ellos el pueblo palestino”.
