La caza de delfines será sometida a evaluación por el gobierno de las Islas Feroe, territorio autónomo de Dinamarca, luego de que se desatara una polémica por la matanza de más de 1.000 ejemplares como tradición.
El pasado domingo en Skálafjørður fueron capturados y sacrificados los delfines blancos y las imágenes de la actividad se hicieron virales en todas las redes sociales causando la indignación de una gran cantidad de organizaciones protectoras de animales.
“Nos tomamos este tema muy en serio. Aunque estas cazas son consideradas sostenibles, miraremos con atención las de delfines y qué papel deberían jugar en la sociedad feroesa. El Gobierno ha iniciado una evaluación de las reglas para capturar delfines blancos”, dijo en un comunicado el presidente autonómico, Bárður á Steig Nielsen.
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La celebración en cuestión proviene de la época de los vikingos y en ella se sacrifica a ballenas piloto, y otros animales, para luego distribuirlas de forma gratuita a los habitantes de las comunidades más cercanas.
Según las autoridades feroesas la actividad se organiza de manera tal que los animales mueran de “forma rápida y con el menor sufrimiento posible”. Anualmente se sacrifican unos 600 animales por esta razón.
