El papa Francisco bromeó con una monja al decirle que no lo mordiera, en alusión al manotazo que le dio a una mujer la semana pasada luego que lo tomara a la fuerza durante la noche vieja en la plaza de San Pedro.
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De forma divertida mientras saludaba a la monja le dijo “te daré un beso, pero tú tranquila.¡No me muerdas!”.
La forma graciosa en como reaccionó el papa contrasta lo sucedido el pasado 31 de diciembre, acción que lo hizo a ofrecer disculpas públicas durante el Ángelus por “haber perdido la paciencia” y “dar mal ejemplo”.