Tras la decisión de Gazprom de cortar el suministro de gas natural a Polonia y Bulgaria, los líderes de ambas naciones expresaron su malestar y acusaron a Rusia de utilizar el recurso como chantaje, reseñó AP.
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La medida se hizo efectiva por orden de Vladimir Putin, que exigió a los países considerados no amigos el pago del gas en la moneda nacional rusa, el rublo.
Las reacciones no se hicieron esperar y este miércoles, durante una intervención en el parlamento, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, calificó la decisión como una venganza por las nuevas sanciones impuestas desde Varsovia a Moscú debido la guerra en Ucrania.
Morawiecki prometió que Polonia no se amedrentaría por el corte del gas y añadió que tenía el suministro asegurado tras años de esfuerzo para conseguir gas de otros países.
Por su parte, Bulgaria afirmó en boca de su primer ministro, Kiril Petkov, que la medida representa “una grave violación de su contrato y un chantaje.” No sucumbiremos a semejante timo”, agregó.
