El estado asiático de Taiwan, a pesar de estar ubicado a varios kilómetros de China continental y con vuelos regulares desde y hacia Wuhan, ha logrado evitar la pandemia registrando hasta el momento cinco muertes y poco menos de 350 casos de contagios confirmados.
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Mientras otros países debatían si tomar estrictas medidas. En un estudio realizado en enero, la Universidad Johns Hopkins informó que Taiwán era una de las áreas con mayor riesgo fuera de China continental, debido a su proximidad, vínculos y enlaces de transporte.
Entre esas primeras medidas decisivas estaba la decisión de prohibir los viajes desde muchas partes de China, detener los cruceros que atracan en los puertos de la isla e introducir castigos estrictos para cualquier ciudadano que no cumpliera las órdenes de cuarentena en su hogar.
Además, los funcionarios taiwaneses también se movilizaron para aumentar la producción de mascarillas domésticas para garantizar el suministro local, implementaron pruebas en toda la isla para detectar coronavirus, incluida la prueba de personas que tenían neumonía previamente inexplicada, y anunciaron nuevos castigos por difundir información errada sobre el virus.
Taiwán también dispone de un sistema de atención médica de clase mundial con cobertura universal. A medida que las noticias sobre este virus comenzaron a difundirse, los funcionarios del Centro Nacional de Comando de Salud de Taiwán (NHCC) se movieron rápidamente para responder a la amenaza, esto de acuerdo a un informe reciente en el Journal of the American Medical Association (JAMA).
“Taiwán produjo e implementó rápidamente una lista de al menos 124 elementos de acción en las últimas cinco semanas para proteger la salud pública”, indicó el médico taiwanés Jason Wang, explicando que los expertos reconocieron que el control fronterizo no sería suficiente.
