Uno de cada 25 universitarios británicos han acudido a trabajos sexuales para pagar sus estudios en Reino Unido, una de las regiones más costosas en Europa y del mundo, según un reportaje de la BBC.
Los trabajos pueden ser desde tener una cita con hombres o mujeres, vender ropa interior usada o tener sexo, precisa el texto que detalla que “cuatro de cada cinco estudiantes admitieron estar preocupados por llegar a fin de mes”.
Según una encuesta de Save the Student, 79% de los estudiantes británicos se preocupan por sobrevivir, mientras que 4% admitió realizar algún tipo de trabajo sexual para mantenerse.
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Una de las entrevistadas dentro del reportaje, y quien mantuvo anonimato, reconoció que en su época de universitaria vendió fotos y vídeos de sus pies a un sitio web dedicado a ese fetichismo, lo que le generaba ganancias de $130 o más.
Sumado a esto, las ansiedades y las depresiones acompañaron a las personas quienes realizaban estas prácticas por su preocupación económica y su estigma social.
“El trabajo sexual puede causar sensación de aislamiento por el estigma que conlleva. Esto significa que, si un estudiante tiene una experiencia negativa o peligrosa, podría ser incapaz de hablar al respecto, lo que lo conduciría a sentirse aún más solo”, aseguró la psicoterapeuta Hannah Morish.