Yuli Castillo es una mujer de 37 años de edad que vive entre cuatro laminas de zinc en el barrio El Morrocoy, ubicado al oeste de Barquisimeto, estado Lara. Ella no vive sola, pues está acompañada por su esposo de 70 años de edad y sus dos hijos.
Tanto ella como el padre sus pequeños padecen de una enfermedad. Castillo es una ciudadana que tiene discapacidad motora, mientras que su pareja tiene cáncer en un ojo y metástasis. Ambos se encuentran desempleados. EL único que perciben es de los bonos que el gobierno les asigna por el sistema Patria.
“Nosotros vivimos por la misericordia de Dios, por la ayuda de los vecinos y por la de nuestras amistades”, son las primeras palabras que expresa al ser aborda por nuestro equipo.
Comenta que su hijo mayor nació con las rasgos de su condición, pero no presenta las mismas limitaciones que ella.
La alimentación de esta familia, que vive en pobreza extrema, proviene del comedor popular. “Todos los días nos dan en arroz y bollo…en la mañana solo bollo, sin nada”, destacó.
Referente a la compra de artículos personales o vestimenta, relata: “Yo no he podido comprar una chancletas (cholas), ni un sandalias…todo lo que yo tengo o me pongo es porque me lo han dado“.
Esta no son las únicas carencias de la familia Castillo, pues al igual que en otras localidades de Venezuela, el agua es un problema. “Para yo bañarme y poder lavar tengo que ir a otro sitio…cuando mi esposo hace el sacrificio de comprar una cisterna me quedo tranquila en casa”, comentó.
Aunque los días para esta familia del estado Lara, son difíciles, la esperanza en Dios está presente día a día.
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