La crisis social y económica que atraviesa Venezuela desde hace más de veinte años ha llevado, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a aproximadamente 5,45 millones de personas a dejar atrás su país y su familia para buscar un futuro en el que se puedan desarrollar.
Países de todo el mundo han abierto sus puertas a venezolanos con ganas de trabajar y crecer a nivel profesional. Todos los sectores se han visto afectados: la salud, la educación, las industrias, la alimentación, los servicios públicos y el área cultural.
Son muchos los actores, actrices, productores, directores, cantantes, bailarines, escritores, fotógrafos, entre otros, que dejaron sus carreras atrás y cruzaron fronteras.
Si bien la estabilidad económica está medianamente “garantizada”, esta decisión tiene un precio: empezar de nuevo.
En el ambiente artístico, volver al inicio en otro país es sumamente difícil, no todos han tenido la suerte de continuar en el estrellato. Hay quienes se han visto obligados a dedicarse a otras actividades para poder sobrevivir.
El actor Héctor Moreno Guzmán, quien interpretó a Manuel Arismendi en la reconocida serie “A todo corazón”, contó su experiencia al equipo de VPItv.
Moreno Guzmán tiene 16 años viviendo en Barcelona, España. Describe que para él ha sido difícil desarrollarse en la actuación en dicho país por diferencias en el idioma.
“En mi caso al vivir en Barcelona, donde se habla principalmente otro idioma (el catalán) ha sido muy complicado. Aunque hablo muy bien catalán a la hora de los castings o audiciones siempre tengo el acento de fuera que me limita. Es por ello que desistí de la TV”, dijo el actor.
El teatro se convirtió en la mejor alternativa para él y es por ello que decidió formar su propio grupo de teatro y, antes de la pandemia, presentaba al menos dos obras por año en salas alternativas.
La covid-19 no fue un impedimento para seguir ejerciendo su carrera profesional, ahora está “enfocado en la dirección de espectáculos por la plataforma Teatro Zoom, que es 100% on line y está organizando una muestra de teatro con temática LGBT”, aseguró Moreno.
Además trabaja en una agencia de viajes como agente comercial y encargado del departamento receptivo.
Otros casos
Un caso que resaltó hace unos años, fue el del protagonista de telenovelas Ricardo Álamo, quien se hizo viral por trabajar como conductor Uber en la ciudad de Miami.
Pese a que fue señalado por esto, el galán de “Juana la virgen”, siempre manifestó estar muy orgulloso del trabajo que estaba haciendo.
Esa fue una experiencia momentánea, pues ahora tiene su propia casa productora y ha tenido la oportunidad de dirigir varios proyectos.
Auque Álamo se retiró de la actuación, no se ha alejado del todo del espectáculo, y es que tiene su propia casa productora de televisión.
Otra súper estrella de las telenovelas y el cine que dejó Venezuela, es Marisa Román, quien ahora reside en Argentina y es recordada por su grandiosa participación en “Cosita Rica”.
Román estuvo primero en Estados Unidos y luego se estableció en el país sureño. Al inicio se desarrolló como profesora de distintas técnicas de actuación (labor que aún realiza) y ahora está dedicada a la escritura creativa, pero no ha vuelto a participar en ningún dramático.
Diana Marcoccia, fue actriz juvenil de series como “Corazones extremos” y “Mi niña amada”, vive en Estados Unidos desde hace más de cinco años.
Marcoccia ha participado en varias obras de teatro junto a otros artistas venezolanos pero ahora está dedicada varios emprendimientos que van desde entretenimiento en fiestas infantiles, hasta el bienestar del ser humano.
Eduardo Orozco fue el protagonista de la telenovela “Valgame Dios” y enamoraba al público a través de la pantalla chica. Se estableció en Estados Unidos, lugar donde tuvo la oportunidad de trabajar en la cadena Telemundo.
Luego dejó su carrera como actor de lado para dedicarse 100% al deporte, como corredor, ciclista e imagen de su propia marca.
En la mayoría de los casos el teatro ha sido la opción más viable por su naturaleza más independiente y abierta.
Pese a tener otras actividades que no son las que hicieron que el público venezolano los conociera e idolatrara, tienen algo en común y es la esperanza por volver a trabajar en su tierra natal.
