Más de 10.000 migrantes, muchos de ellos venezolanos, están varados en las playas del municipio Necoclí, subregión de Urabá, en el departamento de Antioquia colombiano. Los transeúntes superan la capacidad de atención en la costa, declarándose «calamidad masiva» por su presencia.
“Nosotros acabamos de decretar la calamidad pública en aras de poder accionar tanto recursos como talento humano para poder actuar. Tenemos que actuar ya porque vemos con más preocupación que hay mucha población migrante en las calles, en las playas. Tenemos que instalarles baños, tanques para agua potable”, indicó el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón.
Asimismo, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, se hizo presente en las playas para instalar un puesto de mando unificado permanente con la finalidad de superar la crisis.
Rumbo a #Necoclí para fortalecer la atención humanitaria a los migrantes que están represados en el municipio, muy especialmente a niños, niñas y adolescentes. La tragedia humana de la migración exige el trabajo UNIDOS de instituciones y Estados. pic.twitter.com/twSXz3aS1z
— Aníbal Gaviria Correa (@anibalgaviria) October 13, 2022
“Queremos tener un foco muy especial sobre todo en las personas más vulnerables, los niños, las niñas, los adolescentes, madres gestantes, para hacer que sus condiciones de estadía temporal sean las más dignas, las más humanas”, aseguró Gaviria.
Esta situación conlleva a que la crisis en las playas de Necoclí sigue generando preocupación a los entes gubernamentales de Colombia y Panamá, país fronterizo por el que esperan trasladarse los migrantes en barco, cruzando el Golfo de Urabá hasta llegar al Tapón de Darién con destino a las fronteras de Estados Unidos.
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