El Gobierno de Países Bajos aprobó una ley que permite a la princesa heredera, Amalia, ser reina de Países Bajos si desea casarse con una mujer, es decir, si un heredero al trono de dicha nación quiere ser jefe de Estado, puede contraer matrimonio con una persona del mismo sexo.
El primer ministro de dicha nación, Mark Rutte, dejó en claro que cualquier rey o reina también podrá casarse con una persona de su mismo sexo. Rutte dijo que se trataba de “situaciones teóricas”, pero la próxima reina, la princesa Amalia, podría casarse con una mujer. Sin embargo, la primogénita de los reyes Guillermo y Máxima nunca ha hablado públicamente de su sexualidad.
“El gabinete no ve que un heredero al trono o el rey deba abdicar si desea casarse con una pareja del mismo sexo”, explicó Rutte en respuesta a una pregunta escrita de su propio partido en el Parlamento este martes.
Lea también: Papa Juan Pablo I será beatificado por un milagro en Buenos Aires
El pasado mes de septiembre se publicó un libro sobre la princesa “Amalia, plicht roept (Amalia, la llamada del deber)”, firmado por el exdiputado socialdemócrata Peter Rehwinkel, el cual indica que según la Constitución, la integrante de la familia real debería ceder la corona de no unirse a un hombre.
Dicho escrito levantó interrogantes en el Congreso por liberales de derecha y socialdemócratas, puesto que Países Bajos fue el primer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual, en 2001, y es la primera vez en Europa que un mandatario se pronuncia sobre un asunto de esta índole.
No obstante, todavía no se sabe qué pasaría con la sucesión si un matrimonio real entre personas del mismo sexo tuviera descendencia mediante adopción o un donante de esperma, ya que, en el año 2000, durante el debate sobre el matrimonio homosexual, “el Gobierno señaló que la Corona es hereditaria por esencia; los hijos nacidos de una unión de esta clase cuestionarían dicha sucesión”.
De continuar la misma decisión, Amalia tendría que ceder el trono a su hermana, Alexia, segunda en la línea de sucesión.
“Es terriblemente complicado”, dijo Rutte sobre el tema.
