La abogada, coach y motivadora, Brirkellia Álvarez, es el vivo ejemplo de que los sueños se pueden cumplir sin importar la clase social o las posibilidades económicas que se tengan.
En una nueva edición de Venezolano que Vuela y Brilla con Alba Cecilia Mujica, Álvarez contó su experiencia y la manera en la que su preparación académica la llevó a alcanzar metas y conocer países que no imaginaba.
“Yo siempre estaba buscando, siempre estaba leyendo, siempre estaba buscando una oportunidad y en mi pueblo no habían muchas, pero cuando yo llego a Caracas fue una ciudad de oportunidades”, aseguró la abogada.
El padre de Brirkellia era asistente conductor de grúas y su madre era ama de casa, ambos vivían junto a sus dos hijos en un anexo en Paracotos, estado Miranda. Junto a sus vecinos decidieron invadir, el 4 de abril de 1992, un terreno cercano que funcionaba como un botadero de basura para poder independizarse.
Con materiales como el zinc y alambres lograron construir un hogar muy humilde que ni siquiera contaba con un baño, pero eso no impedía que la madre de la especialista en yoga los impulsara cada día, a ella y a su hermano, a centrarse en su educación.
“Y aprendimos a valorar la lectura como una forma de viajar por el mundo, de conocer nuevas realidades y yo creo que definitivamente ese amor por los libros, los estudios, la educación fue lo que definitivamente cambió el rumbo de mi vida”, relató Álvarez.
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Al llegar a bachillerato, la coach se dio cuenta que lo único que le podía garantizar la preparación universitaria era un cupo en un centro público y es por ello que se esforzó al máximo para poder llegar a la Universidad Central de Venezuela (UCV), lugar del que salió graduada en derecho y en calidad de Magna Cum Laude.
Cuando ingresó a la Facultad de Derecho, surgió la oportunidad de integrarse al grupo de Formación de Comunicadores Juveniles de Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap) y su trabajo allí la llevó a viajar a Perú, Jamaica y posteriormente a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Nueva York para hacer ponencias sobre el rol de los jóvenes y el empoderamiento de la mujer.
“Posteriormente a estas actividades, seguimos haciendo el trabajo en Venezuela de toma de conciencia, de sensibilizar, de generar oportunidades, insertar clausulas en documentos o tratados que se estuvieran discutiendo en ese momento. También estuve trabajando con el Banco Mundial”, aseguró la motivadora.
Luego de ello logró conseguir un trabajo en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), una entidad en la que no solo adquirió herramientas enriquecedoras para su carrera profesional, sino que también pudo ganar el dinero suficiente para construirles una vivienda digna a sus padres.
Psicología positiva
Con el paso del tiempo Brirkeilla descubrió a través de la lectura que tenía otros intereses y decidió hacer un diplomado en Psicología Positiva en la Universidad Metropolitana.
Adquirió conocimientos en mindfulness, meditación, yoga y se dio cuenta que muchas de filosofías o maneras de vivir, ella las aplicaba sin conocerlas.
El bienestar humano llevó a la coach a crear el proyecto “Todo Yoga”, en el que brinda asesorías en comunidades vulnerables de Caracas para que las personas se conecten con esta actividad que para ella resulta enriquecedora y con la que ha logrado cambiar vidas.
“Brinda la posibilidad de tomar mejores decisiones, nos permite observarnos, tener más conciencia de quienes somos en esencia, de ser personas más compasivas con nosotros mismos y también con los otros”, explicó la experta.
