Miles de hombres, mujeres y hombres de distintos continentes del mundo son atraídos para trabajar en campos de ciberdelincuencia ubicados en Tailandia bajo la promesa de empleos relacionados con la informática.
En este país, según explicó la BBC, existen campos de esclavos cibernéticos donde son atraídas personas a través de un objetivo vulnerable mediante el que se persuaden para que inviertan altas sumas de dinero en plataformas comerciales falsas que prometen una rápida rentabilidad.
Aquellos que se oponen a seguir las órdenes son golpeadas, torturadas o abusadas sexualmente. Esta es una tendencia que ha ido evolucionando de un problema regional a una amenaza global para la seguridad.
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De acuerdo con un informe de Interpol para el año pasado se encontraron más centros para estafas en línea en países como Laos, Filipinas, Malasia, Tailandia y, en menor medida, Vietnam.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se cree que solo en 2023 más de 120.000 personas en Myanmar y otras 100.000 en Camboya habían sido obligadas a trabajar en estos y otros fraudes en línea que van desde las apuestas ilegales hasta estafas con criptomonedas.
No obstante, según la BBC, con el tiempo son más los países que pasan a ser centros de estafas, rutas de tránsito o puntos de partida de las víctimas.
Las primeras semanas de abril, el gobierno indio anunció que hasta ahora había rescatado a 250 de sus ciudadanos que habían sido vendidos en Camboya, mientras que en marzo, China repatrió a cientos de sus ciudadanos de centros de estafas en Myanmar.
A su vez, las autoridades de Pekín han ido aumentando la presión para cerrar estos centros tanto sobre el gobierno militar de Myanmar como sobre los grupos armados.
