Los protocolos en caso de tiroteos en las escuelas de las zonas populares de Caracas vuelven a cobrar protagonismo debido a la pugna de poder entre las bandas delictivas que hacen vida en estos puntos de la capital venezolana. Tal es el caso de un plantel en la barriada de Petare.
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En la Escuela Manuel Aguirre, específicamente, según lo reseñado por la agencia AFP, se ejecutan este tipo de protocolos. Espacios como las aulas, los corredores y hasta el patio del plantel son usados para decirle a los estudiantes de qué forma pueden resguardarse de lo que llaman en Venezuela “una bala perdida”.
“Así como enseñamos a leer y escribir, tenemos que darles herramientas a los chicos para que puedan defenderse y aplicarlas en casa”, agrega sobre los protocolos, Yanet Maraima, directora del colegio. Sin embargo, cuando las balaceras cobran más fuerza, el plantel se ve en la obligación de suspender las actividades escolares.
Ubicada en el sector 24 de Marzo de La Bombilla, la escuela se ha convertido en un sitio al cual los jóvenes, reseña la AFP, les da miedo ir por la violencia. “Es una zona peligrosa. A veces me da miedo venir al colegio”, dijo una estudiante.
Pero el temor por las balaceras no se padece solamente en la Manuel Aguirre; la Escuela Jesús Maestro, de la fundación de Fe y Alegría, también padece por el flagelo. Así lo afirma la hermana Marisela Mujica.
“Pasamos una semana muy tensa, vamos a orar para pedir paz. ¿Qué queremos?”, pregunta la religiosa a los alumnos, quienes responden “¡Paz!”. La hermana Mujica agrega que “La ley la pone el arma (…), hay que luchar para que el niño no lo vea así”.
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