La historia de April Burrell dio pie a un posible cambio para la psiquiatría, y es que a sus 21 años un suceso traumático le hizo desarrollar una psicosis que la llevó a un estado constante de alucinaciones.
Fue diagnosticada con esquizofrenia y psicosis, poco después dejó de hablar con su entorno y tenía comportamientos erráticos, tampoco reconocía a sus familiares y amigos, llegando al punto de no poder realizar ninguna tarea por si sola hasta quedar catatónica.
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20 años después, April volvió a la vida gracias a un tratamiento con inmunoterapia que desarrolló el doctor Sander Markx, al descubrir que la paciente padecía de lupus y pese a que no tenía síntomas físicos de esta enfermedad autoinmune, su cerebro estaba siendo atacado por ella.
Trabajaron en un tratamiento personalizado para tratar el lupus neuropsiquiátrico y comenzó a tener síntomas de recuperación, hasta que en el año 2020, April fue declarada mentalmente competente y trasladada del psiquiátrico a un centro de rehabilitación donde continúan sus cuidados.
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