Hace 22 años una serie de deslaves, inundaciones y deslizamientos de tierra ocasionaron uno de los mayores desastres naturales en la historia de Venezuela durante el siglo XX, suceso que actualmente se conoce como la Tragedia de Vargas.
Cada 15 de diciembre se recuerda el fenómeno que afectó a unas 50.000 personas, de acuerdo con las cifras de la Cruz Roja Internacional, y acabó con la vida de más de 1.000 en dicha entidad, según el gobierno nacional. Además de la gran pérdida de bienes y daños materiales.
Sin embargo, en la actualidad no se ha podido precisar la cantidad real de víctimas mortales ni de damnificados debido a la magnitud del desastre.
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Días previos a la tragedia, el 5 de diciembre de 1999, Defensa Civil emitió la primera alerta en el estado Vargas por las intensas lluvias que se registraron durante cinco días consecutivos en la zona, mismas que continuaron por 10 días más.
De acuerdo con el estudio “ Vargas: desastre, proyecto y realidad” del ingeniero Carlos Genatios, ministro de Ciencia y Tecnología para la época, indicó que las condiciones geográficas en el litoral central fueron determinantes debido a que la distancia entre la montaña y el mar era menor a 10 kilómetros.
.Además, el ingeniero detalla en su trabajo otros cinco aspectos relacionados con la falta de planificación en el estado: desarrollos urbanos desordenados, invasión ilegal en el Parque Nacional El Ávila, construcciones informales en terrenos con riesgo de deslizamiento, desarrollos urbanos en sectores con cruces de ríos e inexistencia de obras hidráulicas en control de torrentes.
Para el 15 de diciembre, día de la catástrofe, las quebradas de El Ávila se convirtieron en ríos que causaron erosiones, desprendimiento de capa vegetal y deslizamientos de tierra, que en consecuencia acabaron con cientos de vidas y viviendas por lo expresado anteriormente.
El estudio de Genatios estima que 70% de la población y 30% de la infraestructura de la región resultaron afectados por el desastre natural, que fue catalogado en el libro de Récords Guinness como el alud de tierra que ha dejado más víctimas mortales en el mundo.
